Erase una vez
3 amigos que decidieron dar un paseo por el bosque. Estando ya muy dentro del
bosque apareció una luz brillante que volaba muy rápido y desprendía rayos de
luz y color, los tres amigos intentaron cogerla un día, otro día, ellos querían
cogerla y llevársela a su casa.
Cuando por
fin pudieron cogerla se dieron cuenta de que era una hada ella les dijo que
pidiesen un deseo que ella se lo concedería, pero que entre deseo y deseo
tendría que pasar un tiempo y que su luz dependía de la energía que gastase y
Florín que así se llamaba les explico que concediendo deseos gastaba bastante
energía.
Uno de los
amigos pidió una casa en un árbol para que los 3 amigos pudiesen ir todos los
días a verla y jugar con ella.
Otro dijo que
él también se conformaba con la casa y así podían disfrutar con ella día a día.
Y un tercero
no paro de pedir deseos uno detrás de otro, Florín poco a poco se encontraba
mas cansada y apagada ya no tenía fuerzas ni para levantar la cabeza. El niño
no paraba de pedir deseos, hasta que sus amigos le encerraron en la casa del
árbol y se llevaron a Florín lejos para que no lo escuchara.
Pasaron los
días y Florín poco a poco se iba recuperando muy despacito gracias a los dos niños que día a día la
cuidaban.
El amigo que
estaba en la cabaña, estaba aburrido y echaba de menos el salir a jugar con sus
amigos y Florín. Pasados unos días sus amigos y Florín fueron a pedirles
perdón. Florín estaba totalmente recuperada, volaba y jugaba muy contenta,
llenaba de flores y luz todos los sitios por donde pasaba, siempre jugando con
los niños que tanto la habían cuidado.
Un día el
niño “pidón” que así era como le llamaban decidió reunirse en la casa del árbol
con sus amigos y Florín para pedirles perdón y que le admitieran de nuevo en el
grupo.
Los dos
amigos y Florín cuando se acercaban a la casa del árbol iban con miedo no
sabían que su amigo muy arrepentido les iba a pedir perdón.
Estando en la
casa del árbol reunidos comienza hablar el niño “pidón”, arrepintiéndose de su
actitud y rogando le admitieran en el grupo. Sus amigos y Florín aceptaron,
volvieran a jugar todos juntos y desde la casa observaban las maravillas que
realizaba Florín.
Florín le
dijo que a el no le había concedido ningún deseo, y el niño la pidió “un gran
abrazo”.
Florín se puso
muy contenta, ya que estos deseos no le gastaban nada de energía. Desde
entonces todos los días son muy felices
para los 3 amigos y Florín.
Hugo Prieto
Del Sol. 5 º A
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