Érase una vez un grupo de amigos que fueron a un campamento de verano. En el grupo había dos niños que eran inseparables: Daniel y Marta. Un día la velada del campamento era “Noche de Terror”. Los monitores esa noche aparecieron disfrazados de zombis. Explicaron que había que encontrar pistas y el que las hallara seria el ganador.
Marta y Daniel pensaron que no les iba a dar nada de miedo, pero eso no era cierto, sobretodo Marta que no creía en cosas de esas.
La velada terrorífica era en los alrededores del albergue. Esa noche era muy oscura solo se veía la luz de la luna menguante, aunque iban con una linterna. Los niños fueron al bosque a buscar la primera pista, tenían que encontrar un crucifijo y dedujeron que estaba enterrado al lado del río. Empezaron a cavar y vieron que había una mano que se movía, fue tan grande el susto que salieron corriendo. Daniel tropezó con la raíz de un árbol y cayó al suelo. Marta fue a ayudar a Daniel pero una mano se lo impidió porque le estaban cogiendo del tobillo. Daniel escapo de allí y Marta quedo muerta del miedo, había un zombi frente a ella con el crucifijo. Fue tal el susto que perdió el conocimiento. Cuando Marta despertó vio a Daniel y a los monitores disfrazados de zombis. Le habían gastado una broma y había caído en la trampa como una ingenua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario