martes, 1 de diciembre de 2015

EL DÍA QUE PERDÍ LA CABEZA (ABEL)

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Era una noche muy fría del mes de enero, yo estaba en la casa del pueblo con mis abuelos y se fueron a dar un paseo. Me quede con mi hermana, los dos solos y Eros nuestro perro.     
Eros corrió hacia la puerta y solo ladro una vez, se quedo muy quieto mirando a la puerta, si viniera alguien yo me acerque a mirar quien venía,  pero no venia nadie.
De repente oí un ruido y mire a mis espaldas, era mi hermana, que tenía una mirada perdida algo raro le pasaba. ¿Qué te pasa? Le pregunté, pero ella  no respondió, solo me miraba fijamente, como si estuviera poseída por un maldito diablo. Yo no savia que hacer, entonces se me ocurrió una idea, si le daba un buen susto lograría sacarle del cuerpo de mi hermana. ¿Qué sería lo que más asustaría al diablo?  Entonces recordé que en el salón había una gran cruz plateada. Fui corriendo a buscarla, pero me tropecé y caí encima de mi hermana, el golpe fue tan grade que los dos perdimos la cabeza y así y así nos quedamos hasta que llegaron los abuelos y nos la volvieron a poner. Desde entonces somos como Frankenstein
                                  FIN




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